viernes, 20 de noviembre de 2015

¿Hay que obligar a los niños a comer?


Nico comiendo lo poco que le gusta.

Desde hace ya un tiempo considerable, hemos tenido ciertos problemillas a la hora de alimentar a Nico. Desde que  empezamos la alimentación complementaria, cerca a los 6 meses de edad, Nico comía con gusto todo lo que le ofrecíamos, (sopas, verduras, fruta, carnes)...

Después de haber cumplido 2 años, su gusto hacia la comida ha disminuido, resulta que el niño solo come lo que le gusta, y lo que le gusta además del chocolate y las papas fritas, es la leche, la pasta con queso parmesano, la patilla o sandía, la manzana, la zanahoria, el yogurt, los nugets de pollo, la sopa de tomate, papilla de cereales, la bollería y poco más.  Mis niños comen (almuerzan) en su colegio Alo come bien y muy pocas veces Nico se come toda la comida, generalmente se toma la sopa y ya está. Esta situación nos tenia estresados, hasta el punto que lo obligábamos a comer. El pediatra nos ha recomendado darle un complemento alimenticio llamado Kidcal, y un medicamento para estimular el apetito (Periactin).  Efectivamente, su apetito aumento, pero quería seguir comiendo lo mismo de siempre y en cantidades más grandes. Planeamos actividades en la cocina, manipulación de los alimentos, preparación recetas sencillas, pero eso tampoco ha ayudado para que pruebe nuevos alimentos. ¿Han tenido ustedes problemas para alimentar a sus hijos?, ¿Como los han superado?.

Navegando por la web, me he encontrado con el siguiente articulo que me ha dejado muy pensativa:  ¿Hay que obligar a comer a los niños?.  Comparto con ustedes un fragmento de dicho artículo:

Nadie en su sano juicio volvería a un restaurante en el que el camarero le obligase a comer todo lo que ha pedido, ni a quedarse pegado en la silla hasta acabar, ni escogiera los alimentos, la cantidad e incluso la velocidad a la que el comensal tiene que acabar el plato. Y, sin embargo, para muchos niños, quizás la mayoría, este es el pan de cada día (literalmente) tanto en casa como en el comedor escolar.

En su libro Mi niño no me come, una biblia para padres desesperados, el pediatra Carlos González incluye a modo de epílogo un cuento titulado La carga de la brigada nutricional que sucede en un país imaginario donde una “policía nutricional” obliga a los comensales a acabarse sus raciones, por las buenas o por las malas. El mensaje del libro, según resume el propio González, es este: “No obligue a comer a su hijo. No le obligue jamás, por ningún método, bajo ninguna circunstancia, por ningún motivo”.

Para aquellos que hayan vivido...  la presión de un hogar en el que se sirve para la cena el pescado que se rechazó en la comida, las palabras de González suenan a música celestial. Pero ¿son realistas? O, dicho de otra manera, ¿por qué tantas víctimas de estos atropellos se empeñan en que sus propios retoños, cuando los tienen, dejen el plato niquelado? El 85% de los padres obliga a comer a sus hijos cuando ya han saciado su apetito, de acuerdo con el estudio realizado en la Universidad de California y titulado Sólo tres bocados más.

La respuesta parece estar en la pertenencia en masa al “Club del plato limpio”. Sus socios tienen más riesgo de padecer obesidad años después, como prueban estudios como Consecuencias de pertenecer al club del plato limpio, de la Universidad Cornell de Ithaca. Instar al niño a que coma sólo tres bocados más es contraproducente, recuerda Julio Basulto, nutricionista y autor de Se me hace bola. Basulto, que considera “vejatorio, innecesario y contraproducente” obligar a comer al niño o castigarlo por no comer, recuerda que numerosos estudios, como este otro publicado en la revista Appetite, prueban que insistir al niño para que coma verduras simplemente no funciona. “No sabemos por qué. La teoría que más me convence es que prohibir es despertar el deseo. Dar buen ejemplo sí se traduce en que el niño coma más saludable”.

Además de dar ejemplo, hay que evitar colocar en la mesa alimentos no saludables. “En algunas casas a la hora de la comida no se bebe agua, sino Coca-Cola. No hay pan integral, sólo blanco. Ni cereales integrales. Hay derivados cárnicos a mansalva. A media tarde toman un postre lácteo en lugar de fruta”, señala Basulto a Verne. “No soy muy partidario de hablar de qué es una dieta sana; prefiero explicar que las cosas que no son comida no deberían estar frecuentemente en su mesa”.

Cuando uno de cada tres niños padece sobrepeso u obesidad, merece la pena replantearse el método tradicional de alimentar a los pequeños, que viene a consistir en que coma, tanto si tiene hambre como si no. Partimos de la base de que todos los animales de este mundo comen lo que necesitan, y de que cada uno elige, además, la dieta adecuada para su especie. Como escribe González, no se encuentra uno, paseando por el campo, bichos muertos porque nadie les dijo que tenían que comer....

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2 comentarios:

  1. Todos los Padres pasamos por esta situación, soy de la que nunca los obligó a comer pero trato de que coman saludable teniendo en cuenta:
    - Servirles en un plato pequeño de niño.
    - Porciones racionales de cada alimento, aunque un poco más en la proteína. No debemos pretender servirle como a un adulto y que se coma todo.
    - siempre ofrecerle jugos naturales.
    - yo les doy 5 comidas al día: desayuno, media mañana, almuerzo, media tarde, comida.
    - las onces de la mañana y de la tarde trato de que sean frutas y derivados de la leche.
    - el día que veo que no comieron muy bien porque ellos tienen sus días, antes de acostarse le doy un vaso de pediasure en leche.
    - trato de r3spetar si no les gusta algún alimento, por ejemplo el huevo, pues simplemente se lo reemplazo por otro alimento q sea agradable para ellos y que cumpla co la escala nutriciónal.
    -Otro punto importante es tratar de compartir en familia a la hora de comer, que ellos tengan su puesto y sus cubiertos apropiados en el comedor y que coman solitos así hagan reguero.

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    1. Muchas Gracias por tu valioso comentario. Tienes toda la razón en lo que escribes y de hecho hacemos varias cosas que mencionas en el comentario, sin embargo no siempre nos funciona. Cada niño es un mundo, con Alo aunque tuvo sus días de rebeldía para comer, siempre cedía y comía, Nico por el contrario es mas obstinado y se planta en un NO rotundo y no recibe ni un bocado. Sé que poco a poco se irá interesando más por la comida, eso espero.

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