En estos días estaba intentando enseñarle a Nico como contar de manera descendente. Donde vivimos tenemos un parqueadero de seis plantas y se me ocurrió que podríamos contar mientras bajamos en el carro (estamos en la quinta planta). Algo que parece evidente, no siempre sale a la primera.
Aunque Nico podía contar desde la primera planta hasta la quinta al llegar a nuestro parqueadero, hacerlo de manera descendente se le dificultaba mucho mas. No sólo eso, sino que al parecer no le encontraba mucho sentido a los números que yo decía en voz alta. Para él era como decir números de manera aleatoria[1].
Tras el intento fallido, tuve la idea de recrear eso que hacemos todos los días, bajar y subir en el carro por el edificio de parqueaderos con un parqueadero de juguete que tienen los niños. Le puse números en cada planta y me senté a jugar con él.
Buscamos un carro que se pareciera al nuestro y le dije que íbamos a salir para el colegio. Tendría que bajar cada planta y al llegar al número 1 saldríamos del edificio para la escuela y yo seguiría para el trabajo.
Efectivamente, en dos recorridos ya estaba montado en la película subiendo y bajando niveles, diciéndolos en voz alta sin problemas. Lo mejor del cuento, cuando llegaba la primera planta se despedía y se ponía en el rol de llevar el carro al colegio.
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Eso me hizo recordar una anécdota con mis amigos de Terrassa. ↩
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